martes, octubre 06, 2009

Debería de estar mal.

Depeche Mode en el Hotel Condesa DF y yo embelesada sobre los sofás con las piernas frías.
Tu recuerdo aminorando esa risa que le contagio por error a sus preguntas.
Mi barriga de 4 meses de embarazo, y un sistema de profundas dudas, dicen que te pareces mucho a mi, que no te habían conocido si hubieras llegado después de las tres.
León en la habitación de enmedio, y yo me acordé otra vez, es una mentada de madre, dime cómo, cuándo y cómo debo dejar de ser.
Estamos planeando un viaje hasta Sinaloa, para que Sophie conozca el mar.
Y a la vuelta de la esquina otra vez él, con la camisa rosa, con la corbata mal acomodada, con sus gestos malhumorados, con la sonrisa fingida.
Estoy tan enamorada de ti, y tan pendiente de lo que fue mi pasado próximo.
Sophie se mueve tanto.
Y mientras en el cielo, la luna altiva me ilumina el rostro.

domingo, septiembre 27, 2009

[Si pudiera perdonarme]

Hoy pase junto al reloj que alguna vez plasmaste en nuestras fotografías, recuerdo que era parte de tu clase de artes, me dio una nostalgica carente de cordura, no tengo porque extrañarte y sin embargo mi corazón se sobresaltó y le transmitió señales a mi cerebro de tristeza.
Sí, así fue me puse triste al pensar en tí.
No he podido perdonarme las veces que lloré de más, y las otras tantas que te amé como si fuera menos, la verdad es que siempre te quize igual, mi problema fue que no supe demostrar que no tenía más razones que las que juntos moldeamos.
Hace un rato, abrí las puertas del closet y busqué entre sustantivos, algo que me condujera a sembrar mis pies sobre esta tierra, que ya no da flores, [de esas fluorescentes], soñé tanto a tu lado, que tal vez por eso, esto hiera.
Estuve en la sala de un cine con las señales distorsionadas, ya te había pensado, llego tu imagen como presencia innecesaria, como manos que abrazan, remembré tus pasos como cuando niños, anhelé tu cara sonriente llegando hasta mi lugar con una caja de palomitas en las manos, necesité de ti, y no es correcto.
Por si fuera poco aun no logro romper el cielo, para que se ponga menos tenso, para que me obsequie menos perversión, los luceros no caminan más rápido que yo, y tu estrella, esa que me regalaste, me sigue a todos lados.
No pude perdonarme, no pude seguir contigo, por tus errores, por los otros tantos que solo son míos, pero pese a todo aun conservo la inconciencia de que pudo haber sido mejor, y que muy seguramente estaríamos enamorados.

[Fragmento del diario de Isabel]

lunes, agosto 24, 2009

Cuando no me enamore.

La gente me pide que deje de escribir, pero el ruido de los árboles no me permite parar, parece que va a llover, pero el frío me hace dudar en que podría, sí, quizás pueda nevar.
Te espero cinco antes de las cinco con veinte, mi hora preferida, diviso la calle vacía sin huellas, sin olor, sin sabores hoy de tí, dicen que mañana podría ser lo mismo, ashhh es que la gente habla de tantas cosas, el sol empieza calentar mi cabeza y yo tan solo quiero...quiero abrazarte, y llevarte de la mano hasta la sala de algún cine, o hasta la puerta de nuestra habitación.
Pongo atención en los colores, descubro entre las sombras a algún señor con un ramillete de globos, las aves sobrevuelan el parque, los automóviles transitan con prisa, y la gente que pasa por aquí pareciera como si tejiera historias en cada paso, en el cielo hay tintes de humo, bajo la vista para descubrirte, y de repente volteando la esquina, tú...
Y te canto, y te digo, te abrazo y me lleno de tus pensamientos, antes de que todo pase, después de que todo pudiera ser, te susurro cerquita de tus cabellos lo hermoso que eres, lo mucho que te amo, y lo que te necesite, te hablo de mis ganas de despertar otra vez por la mañana del día siguiente, con esa escena que practicaré después de beber el último sorbo de café...

viernes, julio 03, 2009

Qué paso con lo dioses.

En lo más profundo del firmamento, sumidos en las distancias siderales y ocultos entre el fulgor de todos los astros, los dioses debaten estrategias y relatos de amor.

Allí abajo, al cobijo de un cielo roto por el humo de las fábricas y el tumulto de los autos, entre los sucios rincones que configuran una herrumbosa ciudad que hiere de ansia y mata de prisa, Emiliano y todos los hombres, viven sometidos a la silenciosa mezquindad del día a día.
También es cierto, que allí abajo conoció a Sophie. Todo hay que decirlo.Ambos se sienten felices cuando estan juntos.
Sophie lo observa con embeleso mientras él anda, se enreda entre sus brazos a la más mínima,
y se ruboriza infantil cuando los ojos claros de Emiliano llegan le miran.
Junto a él es capaz, incluso, de romper a gritos el silencio que exigen quienes siempre piden cosas a cambio.Emiliano, un hombre de exigencias, necesita mucha paz y ternura si quiere aprender a vivir a ras del suelo.
Sophie es pacifista.
Ayer, quebraron a la estrepitosa cotideanidad y se fueron al campo, hicieron el amor en el pasto, en la alberca y al raz de la mesa.
Para caracterizar sus actos, le llaman hacer el amor a lo que hacen.
Sophie se recostó sobre el suelo, cobijada por la hierba observaba con deteniemiento como las copas de los árboles colaban entre el verde las nubes, los rayos de sol le acariciaban su iluminado rostro, Emiliano se postró de rodillas para que ella soportara sus trémulos embates, el viento le rozaba las nalgas, la penetró en repetidas ocasiones hasta adeleitarse con las mieles del orgasmo.
No paso mucho tiempo antes de que ella olvidará la vergüenza de estar sin ropa a la intemperie, en cambio él disfrutó placidamente su desnudez.

Esa vez, abrazados bajo la tibieza de la tarde, habían vuelto a amarse sin memoria.
Dejándose llevar por deseos retomados, Emiliano intentó provocar en ella la sonrisa plácida y relajada que tienen los amantes,
y pensó en lo apacible del momento, todo lo que le rodeaba lo hacía realmente feliz.
Sophie, con mimos en los labios, le musitó que estaría junto de él hasta el final de sus días.
Le dijo que lo amaba, y le beso. Pero no lo consigo.
Él no cambió su gesto adusto, sino todo lo contrario.
Calló como si supiera algo que ella no, como si tras su escandaloso silencio se escondiera toda la verdad de este mundo.

Los dioses envidian el hecho prodigioso de darse amor, en los seres humanos es una acto poco común, los dioses sienten envidia, y tratan de amendetralos.

Sophie y Emiliano no hablaron mucho esa tarde.

miércoles, mayo 27, 2009

Sobrenatural.

Sofía soltó su cabello, con prisa se enfundó en el vestido de tul color rosa, colocó un collar de perlas largas sobre su cuello, y caminó sobre unas zapatillas amarillas hasta la puerta de su casa.
Sus ojos como lunas reflejaban en plomo un cielo nublado, se sentó al borde de la barandilla y miro hacia el parque.
El viento arreciaba y las copas de los árboles se movían con fuerza, mientras la temperatura disminuía de forma sutil, Sofi confiaba en que pronto comenzaría a llover.
Tomó un paraguas rojo, y se acercó con los pies ahora desnudos hasta la banqueta, apuntó con los dedos rígidos una banca color cobre que estaba cerca del resbaladero, su piel se erizó al hacerlo, presentía un encuentro, quería enamorarse.
Llegó de puntillas hasta los columpios, y comenzó a mecerse despacio, para lograr que su movimiento fuera más rápido, de vez en vez se apoyaba en el suelo, la arena lograba hacerle cosquillas cuando se colaba por sus dedos, ella reía plácida y convencida de que iba a mojarse.
Los rayos iluminaron la ciudad, las lámparas del parque empezaron a encenderse una a una, el aguacero trastornaba las formas desde los ojos de Sofía, su cuerpo empapado comenzaba a sentir frío, delicadamente pusó una mano en su pecho, y con la otra se subió el vestido, de repente una lengua de fuego rozo su espalda, desvió con movimientos excitantes su cabellera empapada, y lamió con una fuerza perturbadora su cuello, ella sintió como los dedos de sus pies se engarruñaban, su respiración se aceleraba, la temperatura de su cuerpo empezaba a quemar sus ideas, trató de darle algun nombre, pero sus palabras se volvieron gemidos, su cuerpo se estremecía con escalofríos, mientras que su vientre se contraía repetidamente con abrupción.
Abrió los ojos para descubrir la cara de quien le hacía el amor, pero las gotas de lluvia habían borrado los rastros, y no había manera de descubrir siquiera una sombra, puesto que las luces con la fuerza de los truenos se apagaron.
Sofía aprovechó la oscuridad para vestirse de tul, marco sus huellas en el fango y después en el asfalto, detuvo sus pasos sobre el tapete en la entrada, subió corriendo las escaleras, tomó a tientas los fósforos de una cajonera, y encendió unas velas, alumbró su habitación para descubrir con sorpresa que un hombre de agua la esperaba sobre su cama.

sábado, abril 18, 2009

Pausa...


Vamos a emprender una nueva búsqueda, que me apunte a un lugar diferente que no sean tus labios.
[Pame esta gritando histérica, y abobinable , con los cabellos despeinados, y con las rodillas moretoneadas]

Voltié mi cara a todos lados, era un cementerio de trenes, el aire empujaba con fuerza las copas de los árboles, la tierra producía una ceguera repentina si te entraba por los ojos. 

Con un equilibrio descompuesto, caminé de puntillas sobre los rieles, el metal quemaba mis plantillas, alineando mis dedos sobre los perfiles del viento, dibujé imagenes acompañadas de tu silueta al borde de la barranca.

Me entierré el cuerpo, y arrugué mi cara. Canté con  benevolencia, y bendije tu atinado camuflaje.

La luz de el flash disipó la tarde, lo que me permitió resbalarme con suavidad por tu cintura.

-Ah!, esta caliente, el desierto me siente caliente-

[Pame esta durmiendo, ya no se siente perturbada, todo lo que hace lo efectúa con ímpetu, con ganas de todo menos de...lo ha olvidado]

Desperté cautelosa, buscando respirar un aire limpio de todo, en medio de las vías, con los ruidos obsenos de la carretera, recordé el pu-pu-puuuuuuuuuuu del tren, te abracé, tu me quisiste detener, estaba sola entre un paisaje férreo y el desierto, y si tu me querías querer, necesitabamos...

Pausa.

viernes, abril 10, 2009

Supongo que cuando dos personas se aman, nada pasa entre ellas...

Hay un secreto del mundo para nosotros los mortales, y es el de que todas las cosas subsisten y no mueren, tan solo se reiteran y desaparecen de nuestra vista para regresar más tarde.


Quizás fue lo que no pasó. El destino nos había embarcado dentro de un mismo barco, y acrecentando nuestra suerte siendo esta buena o mala, seguimos caminos distintos como había comenzado nuestra vida, para encontrarnos más tarde.
Y de un segundo encuentro comenzó nuevamente esta historia, en un tiempo nuevo y diferente, en uno que amerita que el futuro sea una replica del presente...

[Y en las noches cuando duermo, yo te imagino conmigo, te creo conmigo, me siento conmigo, y...]

Te supongo ante los deseos insaciables, te supongo en mis días y aun mas en las noches, te supongo cuando grito, cuando hablo y te pinto, te apunto, te tiño y lo hago mejor cuando me callo y tu supones algún confín brumoso, algún invento de tu sombra emancipada a mi silueta.



Te supongo entre mis muslos, entre tus alas, te supongo cuando insinúas, cuando te veo y te toco, te supongo entre la distancia de mis pechos y en la firmeza de tu espalda dulce y tibia, te supongo en lo húmedo, en los segundos que pintan mis dedos en tus partes y sus grafías, y lo grisáceo en tu noche con todas las sombras.


Te supongo cuando silbas, cuando ríes, cuando besas, y aun cuando roncas, te supongo al igual que la brinza de mi saliva en tu aliento, cuando me mojas, cuando te aplaudo.


Te supongo cuando te hundes en las curvas de mis ojeras, cuando plasmas caricias y mojas los campos de piel.


Te supongo cuando la luz dibuja alguna forma en tus pupilas, cuando el aire crea alguna forma con tu cuerpo, cuando el aroma de la brisa se sofoca ante tus trazos, te supongo cuando cantas, cuando aceleras el tiempo, cuando empieza el temblor.


Te supongo en el cielo, entre los mares de estrellas, entre los rayos del sol, con la imagen del ocaso, ante la vista de la aurora, ante el tiempo, ante mi cuerpo, con estas manos y con este corazón, te supongo en mi alma, en este encuentro, y en este mundo, en mi pecho, en lo tenaz, en lo simple que resulta, en lo majestuoso, en lo imperfecto y perfectible de nuestro amor.


Te supongo aun y antes de abrir los ojos.


[Con tu amor, llego a mi la perspectiva de la paciencia infinita, de que sirve tener prisa, aunque nadie lo vea así el tiempo no existe, cuando no vives en el presente y te dejas absorber por el pasado, o te preocupas por el futuro te apenas o te afliges a ti mismo, por eso es que el tiempo es una ilusión, y el futuro siempre resulta un sistema de probabilidades, yo a diferencia de todo el mundo quiero gozar de mi presente donde apareces tu, haciendo de mi vida pasión, encuentro, conocimientos, forjándome al creer que las relaciones no se miden por tiempos sino en lecciones aprendidas.]



 Yo digo que: -He estado antes aquí pero no sabría decir cuando, reconozco el color de sus cabellos.
Su aroma sano y penetrante, el rumor acompasado, la luz de su alma.
Había sido mío antes, no puedo decir cuanto tiempo hace de ello. Pero justo cuando te giraste para ver la corriente de la costa, un velo cayó y lo supe todo de los tiempos pasados.-




¿Qué es lo que tiene que pasar cuando dos personas han dejado de amarse? Todo.

sábado, marzo 14, 2009

Again

Si tu latido.

Y me gusta que me cuentes: 1, 2, 3.
Y te contemplo, absorta de tu imagen.
Y te grito sin aturdirte, para no hartarme.
Y te quiero.
Y te amo.
Y te extraño.


Y las historias pasadas, tal como cuentas saldadas.
Todo esto con carencia de lo habitual.
Tu imagen en mi memoria, hermosa.
Ardiente.


Y el corazon vuelve a decirme: -Again-


No me importa mas nada.